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Rescatando a Catá - Entrevista con la antóloga Lidia Rodríguez

Actualizado: 21 mar 2022



- ¿Cómo encontraste a Catá? Háblanos un poco del proceso de búsqueda, como fuiste encontrando los textos, etc.


Fue algo muy curioso y totalmente inesperado. Indagando en la prensa de finales del siglo XIX y principios del XX encontré una revista de 1901 que publicaba relatos lésbicos. Se me encendió la bombilla y pensé «¿por qué no buscar alguna novela de aquella época que aborde la homosexualidad?». No tardó entonces en surgir el nombre de Hernández Catá y su obra El ángel de Sodoma. Sin embargo, esta ya había sido publicada recientemente y decidí investigar el resto de su producción. El título Manicomio me cautivó desde el principio y me hice con la primera edición, ya que esta antología no se había vuelto a reeditar. En cuanto empecé a leer sentí amor a primera letra. A partir de ahí me recorrí la Biblioteca Nacional y algunas bibliotecas regionales hasta aunar los textos que saldrán en La hermana cruel.


Hernández Catá reunía todos los requisitos […] calidad, estilo atractivo, denuncia, innovación temática... Es prácticamente perfecto

- ¿Qué fue lo que te llamó tanto la atención de su obra como para presentarlo al catálogo de Libros de la ballena?


¿Decir todo sería exagerado? Hernández Catá reunía todos los requisitos para entrar en el catálogo: calidad, estilo atractivo, denuncia, innovación temática... Es prácticamente perfecto.


- ¿Cómo elaboraste la primera selección para la antología? ¿Por qué textos sobre la locura de entre todos los temas que explora Catá?


A pesar de que el resto de su producción cuentística es también merecedora de reedición, desde un principio supe que su interés por la salud mental era una buena forma de introducir al público en su narrativa. Los tiempos que corren invitan a ello, ahora que parece que se está intentado dar más voz a todos aquellos que los sufren. Me sorprendió mucho ver que la mayor parte de estos cuentos habían quedado sepultados tras su primera edición. Me hubiera encantado incluirlos todos, pero hubiera sido demasiado abrumador y el volumen que hubiera adquirido el libro no hubiera sido admisible. Así pues, me centré en los más impactantes, desde mi punto de vista, y en aquellos que hicieran resquebrajar nuestra zona de confort con sus implicaciones.

Nuestro autor sabía lo que quería expresar y denunciar y lo realizó sin tapujos, llegando unas veces a ser desgarrador, pero combinándolo al mismo tiempo con un lirismo y una empatía fuera de lo común. El resultado es impactante

- ¿Cómo definirías el estilo de Catá?


Catá se adhiere al realismo decimonónico y al modernismo, dos corrientes que nos podrían resultar algo arcaicas (aunque, personalmente, las considero maravillosas) en el siglo XXI, pero su narrativa no se hace pesada ni empalagosa. Nuestro autor sabía lo que quería expresar y denunciar y lo realizó sin tapujos, llegando unas veces a ser desgarrador, pero combinándolo al mismo tiempo con un lirismo y una empatía fuera de lo común. El resultado es impactante.


- ¿Por qué crees que es importante el rescate de su obra, y qué crees que aporta al mundo literario?


Su calidad literaria no deja lugar a dudas y sus ideas y su forma de tratar los temas merecen un sitio visible en el canon de la literatura hispánica. Su intento por visibilizar los tipos marginales, esos "otros" que la generalidad miraba con superioridad, asco o pena, y la forma tan empática y cariñosa de hacerlo lo convierten, sin duda, en un referente que tomar. Por no hablar de sus denuncias tan adelantadas a su tiempo.


- ¿Cuáles crees que son los principales motivos de su olvido como escritor, considerando la fama que llegó a tener en su momento y sus destacables amistades literarias?


Bueno, no hay que negar que la competencia en aquella época era abrumadora, pero no tenía nada que envidiar a sus coetáneos. Sinceramente, creo que su temprana y repentina muerte (solo tenía cincuenta y cinco años) influyó mucho en este aspecto. Hay que tener en cuenta también que España sufrió las censuras de la dictadura franquista y muchas de las ideas defendidas por él eran inaceptables durante la misma. Además, España apostó, y lo sigue haciendo, mucho más por la novela que por el cuento. Podríamos decir que todo se alineó en su contra.


- ¿Cuáles son tus relatos favoritos dentro de la selección final?


Todos me enamoran, pero sí es cierto que siento una especial debilidad por tres de ellos: «El niño dios», «Alquimia» y «En la zona de sombra». Las situaciones que se presentan en ellos son desgarradoras y su actualidad los hacen más cruentos si cabe. Pero Catá sabe manejar muy bien estos relatos para hacer una denuncia contra el machismo o contra el belicismo y la subyugación del individuo a las órdenes inmorales.


- ¿Qué características de la antología pueden hacer que destaque frente a otras antologías de relatos y pueden gustar más al público general?


La temática, sin duda, es uno de sus puntos fuertes. La locura ha atraído a escritores y a lectores desde el comienzo de la literatura. Todos (o casi todos) llevamos dentro ese puntito morboso que nos incita a querer saber cuáles son los mecanismos que rigen este tipo de mentes. Por otro lado, su estilo y su forma compasiva y cercana de tratar a sus personajes son cautivadores. En último lugar, no podemos olvidar el gran reclamo que supone la exposición de una crítica social adelantada a su tiempo, tan sorprendente para los que lo leemos ahora.


- ¿Qué te sugieren «La hermana cruel» como título y la imagen de cubierta?


Ante todo, acierto y atracción. Creo que Hernández Catá estaría realmente de acuerdo con estas elecciones. Por un lado, el título usa sus propias palabras para calificar la locura. La cubierta, por otro, es alucinante; creo que la técnica del collage encaja muy bien con la temática y, al mismo tiempo, consigue ponerle cara a esa «hermana cruel».


- ¿Cuál es tu opinión sobre las reflexiones de Catá y la salud mental?


Muy necesarias, sobre todo en estos días en los que, por suerte, se está empezando a prestar atención a los trastornos mentales y a darles la importancia que merecen. Es necesario desestigmatizarlos y no poner el cartel de loco a todo aquel que los sufra. Cada persona tiene un universo dentro de sí y Catá propone adentrarnos en él para llegar a la empatía, hacernos más humanos y cuestionar nuestra propia cordura.


– Por último, ¿encuentras cierto tipo de crítica social dentro de los relatos de la antología?


Lo que no encuentro es su ausencia. Sí, por supuesto, algunas de sus ideas pasarían sin problema por reivindicaciones actuales. El machismo, el deleznable amor por la guerra y por la sumisión de las personas, la marginación de tipos sociales concretos solo por su orientación sexual, su género o su condición mental...



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